Pablo Repetto, DT del Independiente del Valle, durante un entrenamiento en el Complejo Chillo Jijón. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Cuando terminan los partidos del campeonato,
Pablo Repetto se dirige al camerino en silencio. Observa a sus jugadores y evita hablarles. Toma sus cosas y se marcha.
Sus dirigidos en Independiente del Valle conocen que el técnico prefiere guardar silencio en el vestuario, tras una derrota o una victoria. El uruguayo, de 41 años, prefiere hablar en la primera práctica de la semana en la cancha del Complejo del Independiente. Ahí sí se muestra expresivo: elogia al grupo por cumplir sus disposiciones o puntualiza los errores cometidos durante los cotejos del torneo.
La cancha del complejo deportivo, ubicado en Sangolquí, es su hábitat. Ahí, dirigiendo a sus jugadores, intenta plasmar las ideas que se le vienen a la cabeza cuando está en su casa –en las afueras de Quito- revisando videos de partidos, meditando en la sala o jugueteando con sus hijos Valentino (de 1 año), Francesco (2) y Faustino (5).
Ni bien llega a casa sus hijos le roban la atención. Son quienes le hacen olvidar, por momentos, el fútbol. Son “quienes me devuelven a la tierra”, le confesó a este Diario, la mañana de ayer, en su hogar.
Valentino y Francesco nacieron en Ecuador. Y según su padre se sienten más ecuatorianos que uruguayos. “Cuando estuvimos de vacaciones en mi país se sentían extraños”, dice Repetto y suelta carcajadas.
Sus herederos, pero también sus jugadores copan la mayor parte de su tiempo. A sus dirigidos les aconseja para que cambien su comportamiento o mejoren su rendimiento en la cancha durante los entrenamientos.
Así lo hizo cuando llegó al equipo ‘rayado’ en septiembre del 2012. Entonces, se dio cuenta de que a Fernando El ‘Chiqui’ Guerrero solo le gustaba dominar el balón y generar jugadas de ataque.
Por esto, el entrenador charrúa le dijo que también debía marcar y ayudar a sus compañeros en las tareas defensivas. Esos consejos dieron resultado y el jugador se acopló a sus consejos.
En otras ocasiones, también ha recomendado a sus dirigidos para que eviten conflictos en la cancha. Las recriminaciones entre jugadores son lo que más que le disgusta. También suele ‘explotar’ cuando un árbitro toma una decisión en contra de su equipo, que el técnico considera injusta.
Así, entre alegrías y molestias, ya lleva tres años tres meses en su cargo de técnico del Independiente. Con esto, es el segundo entrenador -de los actuales- con más tiempo en su cargo en la Serie A. Solo lo supera el argentino Jorge Célico, DT de Universidad Católica.
¿Cómo es posible mantenerse tanto tiempo en un cargo? El uruguayo advierte que se motiva por el talento de sus jugadores, sobre todo los jóvenes. También reconoce que en Independiente no existe la presión de clubes considerados grandes por solo ganar títulos.
Por ello, ha consolidado a jugadores de la cantera como
José Angulo, Bryan Cabezas, Jefferson Orejuela, Luis ‘Cunti’ Caicedo… Pero no todo es felicidad para el técnico.
Su ‘espina’ pendiente es disputar una final del fútbol ecuatoriano y ganarla. Aún recuerda el torneo del 2014 cuando su equipo se quedó a solo dos puntos de alcanzar el título ecuatoriano.
Por ello, esta temporada, pidió a los directivos reforzar al equipo con jugadores de ataque para mantener su competitividad. Los directivos renovaron su contrato por toda la temporada del 2016, con lo que el estratega tendrá su cuarta temporada en el club ‘rayado’.