El defensa Arturo Mina actuó en River Plate en la Recopa Sudamericana. Foto: AFP
Los últimos 29 días de Arturo Mina resultaron muy agitados. Jugó una final de la Copa Libertadores con Independiente del Valle, dejó su departamento y a sus amigos en Quito y viajó a Buenos Aires con su esposa, Maura Solís, y sus hijos Darius y Dante. Ahí, se instaló en una nueva vivienda y empezó a conocer las exigencias de los hinchas de River Plate.
Los apasionados aficionados del segundo equipo más popular de Argentina (el primero es Boca Juniors) le piden a través de las redes sociales que se entregue al máximo y muestre su talento. Pero sobre todo que aporte con su juego para que el equipo de la ‘Banda roja’ consiga el título de la Recopa Sudamericana.
Hoy, River Plate se enfrenta al Santa Fe, de Colombia, en la final de vuelta de ese torneo continental (19:15, de Ecuador, en el estadio Monumental de Buenos Aires).
El zaguero esmeraldeño, de 25 años, fue titular en la final de ida ante los colombianos. Se ganó el puesto por la ausencia de Luciano Lollo, quien sufrió una lesión. También porque demostró mucha rapidez, su estatura (mide 1,88 metros) y buen juego aéreo, durante los entrenamientos del plantel.
Y hoy es probable que vuelva a jugar desde el inicio, algo que asumió con tranquilidad. “Estoy aquí para ayudar al equipo y para aportar donde el ‘profe’ (Marcelo Gallardo) me ponga”, dijo el defensor esmeraldeño a los periodistas en Argentina.
El estratega -según comentó el jugador- le pidió que se adaptara al fútbol argentino. Le dijo que era diferente al balompié ecuatoriano.
Así, Mina se une al grupo de ecuatorianos que disputaron finales de torneos internacional con planteles del exterior. El fallecido Alberto Spencer (con el Peñarol de Uruguay), Antonio Valencia (con el Manchester United de Inglaterra), Walter Ayoví (con el Monterrey de México) y Michael Arroyo (con el América de México) ya pasaron por esta experiencia.
De ellos, el más exitoso fue ‘Cabeza Mágica’, al ganar tres Libertadores, dos Intercontinentales y una Supercopa de Campeones con el Peñarol.
Pero de ellos, Mina al que más admira es a Valencia. Con él suele conversar en las concentraciones en la Casa de la Selección, en el sector de Monteolivo. El ‘Toño’ jugó la final de la Champions League, el torneo más importante de Europa, en el 2011. En ese cotejo, los catalanes se impusieron 3-1 y festejaron el título.
Con todo, Valencia es uno de los jugadores a los que Mina profesa más admiración. Por ello, quiere imitarlo y llegar algún día a Inglaterra. En su juventud, el zaguero anhelaba jugar en el Chelsea.
Era uno de sus anhelos cuando deambulaba por clubes de la Segunda categoría, como el Deportivo Puyo de Pastaza, el Municipal de Santo Domingo y UTE de Pichincha. Eso,
hasta que a finales del 2012 se uniera al plantel de la Primera categoría del Macará. Luego, pasó al cuadro rayado, con el que llegó a jugar la final de la Copa Libertadores.
La frustración de no alcanzar el título en esa instancia frente al Atlético Nacional quedó grabada en Mina. Por ello, hoy quiere saborear la gloria de un trofeo internacional con el cuadro argentino. “Lo importante es que solo empatamos. Y en nuestra casa podemos rematar”, dijo el ecuatoriano, ya con la seguridad de sentirse parte del cuadro millonario.
Su agitada rutina seguirá, pues deberá incorporarse el fin de semana a la concentración de la Selección ecuatoriana. Ante la ausencia del lesionado Frickson Erazo, se perfila para ser titular ante Brasil.