75 jueces aprobaron las pruebas físicas, antes de la segunda etapa

Daniel Salazar, en el centro, fue uno de los jueces de primera categoría que cumplió con las pruebas físicas, la mañana de ayer, en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Daniel Salazar, en el centro, fue uno de los jueces de primera categoría que cumplió con las pruebas físicas, la mañana de ayer, en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Daniel Salazar, en el centro, fue uno de los jueces de primera categoría que cumplió con las pruebas físicas, la mañana de ayer, en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Juan Carlos Macías quiere conservar su escarapela FIFA y por eso se esforzó en las últimas pruebas físicas, que organizó la Comisión Nacional de Arbitraje de la Ecuafútbol. El juez de línea guayaquileño fue de los primeros en llegar al examen, que se realizó la mañana del miércoles 18 de julio de 2018.

Eran las 05:45, el sol aún no salía en Guayaquil, y los jueces llegaban de a poco a la cancha de Fedenador, al norte de la ciudad, donde se realizaría la tercera prueba física del año, para los colegiados de la primera categoría.

Macías, que se desmayó en el estadio Alejandro Serrano Aguilar -en mayo pasado- durante un partido entre Barcelona Sporting Club y Deportivo Cuenca, quería demostrar que ese fue incidente aislado. Se paraba cerca de los examinadores para que vean su rendimiento.

Cuenta que ese día, cuando tuvo que ser llevado del estadio a un hospital, sufrió una descompensación por no haber almorzado previo al juego. Con el rostro serio, recuerda que fue su peor decisión.

Eso lo acercó más al arbitraje. Lejos de pensar en renunciar, el guayaquileño de 35 años se motivó por los gestos de solidaridad que recibió.

A la prueba asistieron 75 árbitros de la primera categoría. Se dividieron en tres grupos, en el primero estaba Macías y los demás jueces de línea de la serie A, en el segundo estaban los asistentes de la serie B, y en el tercero todos los centrales.

Cada grupo realizaba rutinas de una hora, entre el calentamiento y el test físico. La jornada se extendió por dos horas y media, y contó con la supervisión de tres preparadores físicos y tres delegados de la Comisión de Arbitraje.

A los dos primeros grupos se les realizó un test Yo-Yo de recuperación intermitente, que consistía en trotes y piques de ida y vuelta de 40 m (2x20 m), alternados con un período de descanso de 10 segundos.

Los centrales, por su parte, realizaron el Yo-Yo dinámico, que comprendía recorridos de 40 metros incrementando la velocidad, en conos distribuidos por todo el campo de juego. Estos test son los que recomienda la FIFA, para las pruebas arbitrales a escala mundial.

Jorge Ponce, uno de los examinadores, quedó conforme con el trabajo de los colegiados. El 100% pasó la prueba, según dijo. “Es bueno porque nos muestra que los compañeros están capacitados para seguir ejerciendo su labor”, dijo.

Su hermano, Omar Ponce, no rindió las pruebas porque esta noche dirigirá el partido de la Copa Sudamericana entre Rampla Juniors y Santa Fe, en Montevideo, Uruguay. Lo hará tras su regreso, junto a sus asistentes Edwin Bravo, Flavio Nall y Guillermo Guerrero.

Ponce reemplazó a última hora a Carlos Orbe, quien se lesionó. Este último también tiene pendiente presentar sus pruebas de idoneidad. Al año se realizan cuatro de estos exámenes, el de ayer fue el tercero de la temporada y el último se realizaría en noviembre.

Luego de las pruebas, los jueces acudieron al edificio de la FEF, donde se tenía prevista una charla de actualización técnica. El presidente de la Asociación de Árbitros de Fútbol, Luis Muentes, contó que la jornada se realizó en un solo día, para que sus compañeros puedan cumplir con sus profesiones alternas. “Hay que ajustarnos, porque no les dan permiso todos los días”, dijo.

Suplementos digitales