La primera corrida de la feria de Quito 2011 convoca hoy a toreros de gran cartel como el maestro Enrique Ponce y David Fandila, ‘El Fandi’, preferidos de la afición quiteña. A ellos acompañará en el paseíllo el ecuatoriano Martín Campuzano. Los toros son de los reconocidos hierros de Huagrahuasi y Triana, de procedencia de Juan Pedro Domecq.
Enrique Ponce, con veinte años de alternativa fue el máximo triunfador de la Feria de Quito 2010 y consiguió el trofeo Jesús del Gran Poder que además había alcanzado en las ediciones 1993, 1994 y 2003. Cortó el último rabo que se haya concedido en la plaza de toros de Iñaquito y es una figura del toreo de reconocimiento mundial.
Ponce (ver entrevista adjunta) volvió a refrendar su momento de notable sabiduría hace tres semanas con una redonda actuación en la Plaza Monumental México, la más grande del mundo.
David Fandila, ‘El Fandi’ formó desde joven parte de los carteles quiteños como novillero. Se ha consolidado como un dominador superior del tercio de banderillas y la historia de la fiesta ya registra su nombre junto a grandes como Pepe Bienvenida, Miguelín, entre varios de los más destacados de todos los tiempos. Sus dotes de gran agilidad y superlativa preparación física hacen de este tercio un espectáculo aparte. El Fandi es por hoy, uno de los toreros con mayor convocatoria en las taquillas de la plaza de Quito.
Cabe resaltar su participación desinteresada cuando con un festival se juntó a miles de espectadores en pro de la fiesta en los días de la campaña de la consulta.
Martín Campuzano viene paso a paso consolidando su torería. El diestro nacional cumplió una muy destacada labor en la feria 2010, en la corrida goyesca y brilló en la feria de Ambato. Es sin duda un gran estímulo para el torero verse anunciado con figuras como sus compañeros de cartel.
La Plaza de Toros Quito, con cincuenta años de funcionamiento ha sido escenario de una de las mejores ferias taurinas de América desde 1960. La feria de este año tendrá una particularidad. Los toros lidiados, picados y banderillados no morirán en el ruedo, como marcan las tradiciones taurinas, como resultado de una operación política que llevó a una papeleta para decisión cantonal la muerte de animales en espectáculos públicos.
Tras el resultado de la consulta muchos pensaron que se suprimirían las corridas de toros. El Municipio de Quito reformó la ordenanza respectiva que da vía libre a la celebración del espectáculo omitiendo la suerte suprema con la que suelen culminar las labores de los lidiadores.
Con la nueva modalidad la confección de los carteles se dificultó. Varias figuras prefirieron declinar los ofrecimientos para torear en estas circunstancias pero otros acordaron estar presentes para dar su apoyo a la afición quiteña y dejar constancia de su apuesta por la pervivencia de la fiesta de los toros en la capital.
Vale anotar que en 96 cantones el No se impuso en la consulta popular y en ellos se pueden celebrar, como de hecho ya ha ocurrido, corridas completas.
La decisión causó polémica, desde las posturas extremas que proclamaban los abolicionistas hasta la molestia de los aficionados puristas que sienten a la nueva modalidad como atentatoria a la tradición. En medio de esta realidad la feria abre sus puertas.
Entrevista Enrique Ponce / Matador
‘El toro bravo es un animal privilegiado’
Santiago Guerrero, Twitter: @sasty7
En el año más complicado para la feria, usted decide venir a Quito. ¿Por qué?
Los toreros nos reunimos y decidimos venir a Quito porque queremos reivindicar desde la feria que el toro debe morir en el ruedo, en el sitio más digno que puede morir, con la estocada, no de un tiro luego en un corral.
Los toreros tienen la esperanza de que la feria de Quito vuelva a ser como antes.
Es que de eso se trata. Si esto sigue así, en un futuro se puede complicar. Este ha sido un año duro para los toros, por lo que pasó en Barcelona donde cerraron la plaza y no nos dieron ni siquiera la posibilidad de pelear como en Quito.
¿Qué les puede decir a los antitaurinos?
Muy pocos animales tienen el honor y la dignidad de morir como muere un toro bravo. Que todos los antitaurinos se imaginen que si las corridas desaparecen, pues el toro bravo también desaparecerá. Deberían ser menos egoístas y no pensar tanto en ellos y más en el animal que quieren defender. El toro bravo es un animal privilegiado, no es un pato o un cerdo.
¿Usted pensaría en defender la fiesta de los toros desde una plataforma política?
Yo defiendo el toreo desde el aficionado que debe tener la libertad de ir a ver una corrida de toros. Yo no defiendo los toros dentro de un sistema político, lo defiendo como torero, como ganadero y desde el amor que siento por este animal. No me interesa ser político.
¿Qué les diría a los aficionados que piensan en no asistir a la feria de Quito a manera de reclamo por la prohibición de matar al toro en el ruedo?
Que no piensen que no ir es protestar, sino que vayan y llenen la plaza, porque si no lo hacemos, la fiesta va a ir decayendo que es lo que los antitaurinos quieren lograr. Ojalá los políticos se den cuenta que una fiesta de Quito sin toros no es fiesta. Esta feria hace que a Quito se la conozca en todo el mundo.