El estadio Hernando Siles no es el más moderno de Sudamérica, pero tiene algunas ventajas en relación a los escenarios deportivos del Ecuador. Por ejemplo, algo que llama la atención de inmediato es que todas las localidades tienen butacas.
Los 42 000 espectadores que caben en este escenario pueden adquirir su localidad numerada y llegar con pocos minutos de anticipación para disfrutar de los partidos y de los conciertos que aquí se realizan. La entrada más barata para ver el partido entre Ecuador y Bolivia tiene un costo de 60 bolivianos, es decir entre USD 10 y 12.
Otro detalle, que tampoco existe en el Ecuador, es que este estadio cuenta con ascensor en la tribuna. Los aficionados pueden evitar subir las gradas de cinco pisos.
Y desde hace algunos años, el Hernando Siles cuenta con un desfibrilador que hasta el momento no se ha utilizado. Alberto Morales es el médico encargado de operarlo. Él es además el galeno oficial de la Selección boliviana.
Los dueños del estadio sacan pecho de su desfibrilador. De hecho, en el reconocimiento del escenario que hicieron los árbitros brasileños comandados por Paulo César de Oliveira y los delegados de la Conmebol, el médico Morales les dio una explicación detallada de cómo lo usarían en caso de necesitarlo.
Pero, ¿en qué consiste? Se trata de un sistema computarizado que sirve para evaluar el ritmo cardíaco de las personas, en este caso los jugadores. Cuenta con dos electrodos que se colocan en el pecho del paciente y estos se encargan de arrojar toda la información para que los médicos puedan reaccionar.
“Controla el estado del corazón y nos indica si debemos aplicar la descarga eléctrica al jugador, si debemos hacer resucitación, mide la frecuencia cardíaca y a la vez realiza un electrocardiograma que nos ayuda a evaluar la situación del paciente”, El aparato no ha sido utilizado en ningún partido ni del torneo nacional ni de la Selección
“Por suerte no ha pasado nada. Sino ya aparecieran las voces de siempre que dicen que en La Paz no se puede jugar al fútbol, por la altura”, asegura Morales. Este aparato médico le costó a la Federación Boliviana de Fútbol aproximadamente USD 3 500.