Ecuador ‘exporta’ a tres futbolistas

Shirley Berruz, de 26 años, jugó en Rocafuerte y con la Selección el Mundial del 2015. Se entrena en Colombia, aún no firma.

Shirley Berruz, de 26 años, jugó en Rocafuerte y con la Selección el Mundial del 2015. Se entrena en Colombia, aún no firma.

Shirley Berruz, de 26 años, jugó en Rocafuerte y con la Selección el Mundial del 2015. Se entrena en Colombia, aún no firma. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO 

Ecuador, con un incipiente torneo nacional de fútbol femenino, exporta a tres futbolistas al exterior: dos a Colombia y una a España.

Kerly Real, jugadora polifuncional, tiene un contrato con el Madrid Fútbol Club de la primera A del futbol español. En Ecuador juega en Espuce, pero en los próximos días ya embarcará para el Viejo Continente.

En Colombia, el fin de semana jugó Ligia Moreira, defensa y capitana de la Selección Nacional de fútbol. Dejó el club 7 de Febrero de Los Ríos para fichar por Patriotas de Boyacá.

Mayra Olvera, volante de recuperación, también dejó el conjunto verde y jugará en el Deportivo Pasto. El miércoles pasado firmó su contrato.

En los próximos días se podrían confirmar dos transferencias más: la arquera Shirley Berruz y la mediocampista Angie Ponce, también al fútbol colombiano.

El Campeonato Nacional de fútbol femenino del 2016 aún no concluye, está por entrenar en la fase semifinal. Se trata de la cuarta edición del certamen que avala la Federación Ecuatoriana de Fútbol, pero que no ha tenido la atención pertinente ni el respaldo económico.

En 2013 se realizó la primera edición con el respaldo del Ministerio del Deporte que entregó USD 500 000. Con el paso de los años esa inversión -que permitía el pago del traslado de los equipos, el alojamiento, pago de arbitraje y de una ambulancia- disminuyó.

En el 2016 el Ministerio del Deporte ya no entregó ningún recurso. La FEF financia ahora el torneo con USD 100 000 que asignó la Confederación Sudamericana de Fútbol.

Pese a ser llamado un torneo oficial y profesional, las jugadoras -en su gran mayoría- no perciben salarios, tan solo ayudas económicas para sus traslados a los entrenamientos.
Deben buscar una actividad económica diferente, pues el torneo dura cuatro meses.

Además, una vez que las futbolistas jugaron el Campeonato Nacional no pueden jugar los campeonatos nacionales del fútbol barrial, que en el país es el semillero del fútbol femenino.

Debido a esa normativa, y para lograr un mayor desarrollo deportivo, las futbolistas ecuatorianas buscaron otros torneos que les permitan elevar su nivel competitivo.

La primera Liga Profesional de Colombia plasma un proyecto ambicioso para fomentar el desarrollo del fútbol femenino en ese país y en Sudamérica. Participan 18 equipos y es la Dimayor, que es la Liga de Clubes de ese país, la que corre con los gastos organizativos.

Los 18 clubes contrataron a 80 jugadores extranjeras provenientes de Venezuela, Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Costa Rica y Guatemala.

La Liga tiene un convenio con la Real Federación Española para que el ganador del torneo dispute una Copa Hispanoamérica con el vencedor de la Liga femenina de España, con partidos de ida y vuelta.

Los partidos de las mujeres se juegan como preliminares a los cotejos de la Liga Colombiana masculina, un ejemplo que bien se podría imitar en Ecuador, pues el actual torneo femenino se disputa en estadios cantonales, donde asiste un promedio de 100 personas.

Colombia es uno de los ejemplos del desarrollo deportivo que pretende alcanzar la FIFA. Según el informe de labores presentado hace un año por el presidente Gianni Infantino, más de 30 millones de niñas y mujeres juegan al fútbol en todo el mundo. El objetivo es que ese número aumente a 40 millones hasta el 2019, cuando Francia organice la Copa Mundial femenina.

“La clasificación de Ecuador al Mundial marcó una diferencia en el fútbol femenino del país. Será importante todo lo que puedan aprender para su crecimiento personal y el desarrollo futbolístico”, dijo la seleccionadora nacional Vanesa Aráuz. Espera que estas transferencias permitan que “jugadoras juveniles puedan salir al exterior a temprana edad”.

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