El club más popular del país pasa la peor crisis de la historia: déficit superior a los USD 13 millones, poca credibilidad en sus directivos y sin una planificación que se sostenga, han deteriorado su imagen. Tres presidentes en 48 horas (Eduardo Maruri, Juan Carlos Estrada y Alfonso Harb) simbolizan esa improvisación y desorganización. ¿Es necesario un cambio de Presidente para ir a la esencia del problema del club? No. Hay que reestructurar totalmente el norte del equipo más popular del país, replantear el sistema de administración, incluyendo el equipo de fútbol y sus divisiones menores. La elección de ‘Pocho’ Harb, ni de otros, no garantiza que salga de su crisis, mientras no haya la decisión de dar un vuelco integral. Mientras llegue ese proceso hay que evitar que los políticos se aprovechen de esa plataforma. ¿Quiénes lo harán?