La decisión de los directivos de la Ecuafútbol es acertada al cancelar el contrato que tenían con Full Play. Lo hacen tarde, pero dan un mensaje de desprenderse de una firma que es acusada de integrar una red de corrupción que pagaba supuestas coimas a los directivos de la Conmebol y a presidentes de las asociaciones de fútbol de la región (incluido Ecuador).
Sin embargo, son los dirigentes de los clubes los que tienen que empujar la transformación total del fútbol ecuatoriano.
Y eso lo podrán hacer en el Congreso de Fútbol de este viernes, en Guayaquil.
Allí, pueden pedir auditorías de las administraciones de Luis Chiriboga, tal como lo hizo este cuando salió su antecesor Galo Roggiero (+). Hurgar las cuentas en las que se depositaba el dinero de los derechos de televisión.
Y, sobre todo, darse un plazo para plantear el cambio del Directorio, ya que los actuales miembros de la organización juzgaron a dirigentes de clubes, minimizaron la crisis económica de los equipos, evitaron ser críticos con sus colegas… Por esos hechos, no merecen seguir en funciones.
El paso inicial para llegar a ese propósito es la conformación de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, ente que pudiera darle oxígeno a la deteriorada estructura deportiva. Aquí, los directivos deberán actuar sin ambiciones personales, dejando de lado la ciudad en la que tendrá su sede, con una legislación acorde con las exigencias de la realidad y también con parámetros que establezcan el crecimiento del modelo de fútbol.