Los futbolistas del Delfín se entrenan con el cuerpo técnico que dirige Guillermo Sanguinetti, en el complejo de Los Geranios, en el sur de Manta. Foto: API
Todos los días los jugadores del equipo del Delfín juegan al ‘torito’ y luego se reúnen para elevar una oración, antes de iniciar la práctica. Eso sirve para que se olviden momentáneamente de sus problemas personales y para mantener al grupo unido.
Ese ritual ha unido más a la plantilla de futbolistas, los cuales lograron congregarse como una familia, con alegrías, tristezas, peleas, celebraciones… El kinesiólogo Ramón Mero, que trabaja en el club hace 14 años, corrobora ese cambio trascendental de armonía en la plantilla del actual líder del campeonato.
“Como en todo lado, hay ocasiones en las que los jugadores llegan preocupados o molestos, pero el técnico (Guillermo Sanguinetti) ya hizo una costumbre el juego y la oración, para que se integren”, agrega Mero.
Las prácticas las realizan en el complejo de Los Geranios, en el sur de Manta. Allí hay una cancha reglamentaria, graderíos, camerinos, comedor, departamento médico y una oficina para el director técnico. Todo esto en un terreno de 150 metros cuadrados, aproximadamente.
Jefferson Sierra es uno de los más bromistas del equipo. Él suele sentarse al ingreso del complejo y desde que llegan sus compañeros les hace bromas. Se burla de sus peinados, de su manera de vestir, hasta de la forma en la que hablan con los periodistas.
“Sierra es un loco, mantiene a la gente alegre. Es importante para el grupo”, cuenta Mero, que también es ‘víctima’ de las bromas del mediocampista. Los 30 jugadores de la plantilla acceden a seguir sus juegos.
El ambiente de tranquilidad también se debe a la estabilidad económica del club. A ellos les pagan sus sueldos en el mes corrido. La semana pasada pagaron el sueldo de marzo y en lo que va de la temporada la directiva no se ha atrasado con sus empleados.
Según cuenta el presidente del club, José Delgado, se diseñó una escala salarial dependiendo de la trayectoria y aporte de los futbolistas. El sueldo más alto -dijo- es de USD 12 000. “Nadie gana más de eso, nuestra economía es seria”, dijo.
El presupuesto del cuadro manabita asciende a USD 3 millones. Delgado, empresario reconocido en Manabí, cuenta que ese valor se sostiene con los ingresos de los derechos de televisión, auspicios y taquillas. Esa solvencia les permitió contratar a 15 jugadores al inicio de la temporada.
Delgado se asesoró con el argentino Fabián Bustos para armar la plantilla y para la contratación del DT Sanguinetti. El gaucho cumplió una función de gerente deportivo, hasta febrero, cuando se fue a dirigir a Liga de Portoviejo.
Delfín es el líder del campeonato y las estadísticas reflejan el buen momento que atraviesa. En nueve fechas suman 19 puntos y son el segundo equipo con mejor ataque con 14 tantos, por detrás de la Católica, que suma 17 goles.
La fortaleza del club radica en su sistema defensivo. Hasta el momento mantienen el arco menos batido del campeonato, con solo tres goles recibidos. “Sabíamos que queríamos un técnico equilibrado, como equipo mediano sabíamos que no debíamos desubicarnos y buscar futbolistas para el ataque. Los equipos se arman desde atrás”, dijo Delgado.
Con ese precepto contrataron a Sanguinetti, uruguayo que ya había dirigido a River Ecuador. El entrenador se siente a gusto en la capital manabita y conforme con la plantilla que encontró.
La exitosa campaña en el campeonato ha originado que decenas de niños se identifiquen con el equipo. Ejemplos: un grupo de infantes vestía la camiseta del club en la playa de El Murciélago, el martes 11 de abril del 2017, y en la práctica del martes había varios aficionados pidiendo autógrafos.
Uno de los que están pendientes del desempeño del equipo es el taxista Felipe Cortez. Él escucha las novedades del equipo y los partidos en la radio. Su trabajo le impide ir al estadio. “Después de tantas penas, Manabí se merecía a un equipo que saque la cara”, dijo.
Por ahora, la dirigencia no tiene un plan para captar socios ni expandir su marca en la provincia. Prefieren ser realistas e ir creciendo con el desempeño del equipo. Según Delgado, la intención es clasificarse a un torneo internacional este año.
Sin embargo, en lo que va del campeonato, 8 424 personas fueron a ver los partidos de Delfín, en el estadio Jocay, de Manta, y en el Reales Tamarindos, de Portoviejo, donde actuaron en condición de local. Así lo reflejan las actas registrado en la Federación Ecuatoriana de Fútbol.