David Álvarez aprovecha su serenidad durante los entrenamientos y en las competencias. Es una de las características que requiere un practicante de tiro con arco, además de la concentración, de una adecuada respiración y del buen pulso.
Esos detalles anotados hicieron del representante azuayo uno de los mejores arqueros del país.
Durante tres años, entre el 2007 y 2009, alcanzó medallas a escala internacional. Participó en las paradas del Ranking Mundial de Tiro con Arco, en Colombia y Ecuador, donde ganó una presea de plata y otra de bronce, en ese orden. Además, terminó noveno entre 50 participantes en el Mundial de Turquía.
Pese a los éxitos alcanzados en poco tiempo de práctica, Álvarez dejó el tiro con arco en el 2010. Siguió la carrera de Medicina y a finales del año pasado se graduó como médico general. Con el título profesional en sus manos, volvió a los entrenamientos.
Lo hizo en enero pasado y aunque no se ha entrenado con normalidad por sus ocupaciones, está convencido de que recuperará el nivel de sus mejores años. La semana pasada reapareció en Cuenca en una competencia, con motivo de la primera válida del Nacional 2017. Terminó cuarto en la serie individual y segundo por equipos.
El disparador de 25 años admitió que fue difícil acondicionarse a la parte física y técnica, después de siete años de ausencia. “Fue como empezar de cero, incluso los compañeros son nuevos. Ellos tienen equipos modernos, yo estoy con el equipo de antes”.
Según Roberto Morell, técnico de tiro con arco en Azuay, el regreso de Álvarez a las competencias es de gran importancia para el país. “Se trata de un múltiple medallista internacional, en dos rankings mundiales y en los Juegos del Alba, tiene grandes perspectivas”.
Pese a su retiro, aún mantiene el récord nacional en la distancia a 30 metros, con 358 puntos en la modalidad de arco compuesto. Si recupera su nivel, dijo el adiestrador, “con seguridad clasificará a los Juegos Bolivarianos”. Este certamen será en noviembre próximo en Colombia.
El exmedallista internacional se entrena a doble jornada (mañana y tarde) en el sector del Batán, cerca del coliseo Mayor Jefferson Pérez de Cuenca. Si bien se incorporó a los entrenamientos luego de obtener el título de médico general y de cumplir un año de medicatura rural, Álvarez tiene otros retos académicos. Por las noches sigue un curso de francés, puesto que a finales de este año pretende viajar a Francia. En ese país europeo anhela especializarse. Se prepara para un posgrado de Pediatría.
Apostó por la medicina siguiendo una herencia familiar: su madre Mariana Gaybor es ginecóloga. Se apasionó por el tiro con arco porque es un deporte sin sobresaltos. Aparte de los entrenamientos frente a los tableros, en donde están los blancos a distancias de 30 y 50 m, también hacen gimnasio.