El montañista cuencano Daniel Carrión en el Half Dome de Yosemite, en Estados Unidos; lo ha visitado cinco veces. Foto: Cortesía Daniel Carrión
Daniel Carrión se inclinó por el montañismo siguiendo la huella de su padre, Galo, quien a los 8 años ya empezó a llevarlo a acampar por las noches en El Cajas. El Parque Nacional está ubicado a una hora de Cuenca, cuyo rango de altitud oscila entre los 3 152 y 4 445 metros sobre el nivel del mar.
Hasta los 13 años escaló de manera esporádica. Pero un año después comenzó a entrenarse con frecuencia. Luego compitió por Azuay y Ecuador. Siempre estuvo entre los tres mejores del país. Su único viaje al exterior como seleccionado nacional fue a Venezuela.
Dejó de competir de manera oficial hace 15 años e incursionó como técnico de escalada. Tiene 14 alumnos, entre niños y niñas. Al grupo se suman Aarón Peñaranda, Joaquín Chica, Dayana Correa, de 16 y 17 años. Peñaranda y Correa son seleccionados del país.
Su vida gira en torno a la naturaleza. Usa bicicleta y no utiliza celular. A más de entrenador de escalada de la Federación Deportiva del Azuay, abre rutas para los torneos nacionales. Igual lo hace a escala internacional, cuando se trata de certámenes sudamericanos y centroamericanos.
Sus sitios de apertura de rutas son Cojitambo (Cañar), Paute y El Cajas (Azuay), cuyas alturas son de 160 metros, en paredes verticales. “Son sitios increíbles. En Cojitambo hay más de 200 rutas”.
Como montañista ha visitado España, Italia, Francia, Estados Unidos, México, Panamá, Guatemala, Colombia, Venezuela, Perú, Chile y Argentina (Patagonia). A su criterio, en cada país ha vivido experiencias increíbles que siempre le motivan a regresar.
Por ejemplo, el alpinista cuencano de 41 años ha trepado la pared rocosa de El Capitán por cinco ocasiones y quiere repetirlo. Se encuentra en el Parque Yosemite, en California, Estados Unidos. También quiere regresar a la Patagonia. Su anhelo es escalar en China y para ello arma un proyecto.
‘El Bagre’, como lo conocen sus amigos, tiene otra afición: la cinta tensa. Se sujeta a los extremos de las rocas. En Yosemite cruzó 25 metros por una cinta de 4 cm de ancho, a una altura de 700 metros del suelo. “Es divertido, se requiere equilibrio y concentración. Hay todas las seguridades del caso, si uno se cae”.
Debajo de la cinta plana de nailon también se coloca una cuerda para mayor seguridad. El récord mundial de recorrido en la cinta es de 1 kilómetro.
Carrión, quien es licenciado en Turismo, se desempeña como guía turístico. Otra de sus actividades es el kayac, que practica en invierno en los ríos Tomebamba y Yanuncay de Cuenca. Califica como un lujo trasladarse en una canoa por el río. También hace alas delta, desde las montañas.
Su meta es que uno de los escaladores juveniles tenga la posibilidad de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, puesto que ya es parte del programa olímpico. Sus hijos: Valentina y Francisco, de 9 y 7 años, le acompañan en sus travesías. “Ojalá cuando sean grandes podamos compartir experiencias en las montañas”.