China es una de las potencias deportivas que más récords ha roto en Río 2016. Foto: Jewel Samad / AFP
La actuación de la china Deng Wei en el Pabellón de Río Centro 2 sorprendió a los jueces de halterofilia, en Río de Janeiro. Con 23 años y sin experiencia olímpica, la asiática se presentó a la prueba de los 63 kilogramos y estableció dos récords.
Su presentación del 9 de agosto dio muestras del poderío del país asiático en los Juegos Olímpicos. En este torneo, el gigante de Asia muestra su excelencia al establecer nuevas marcas.
Hasta ayer, martes 16 de agosto del 2016, China totalizaba 18 récords en el torneo. Según la página oficial del certamen, hasta la tarde, se pulverizaron 84 marcas (63 olímpicos y 21 mundiales).
Otros pesistas chinos que inscribieron su nombre con nuevos registros son Yajun Li, Mengxue Zhang, Qingcuan Long. También establecieron marcas en la disciplina de tiro con Katinka Hosszu y Jingjing Zhang.
Solo Estados Unidos y Gran Bretaña han intentado hacer frente al poderío de la nación en la consecución de nuevos récords.
Los estadounidenses se mostraron fuertes en la natación, sobre todo, con Katie Ledecky, una nadadora católica de Estados Unidos que, a sus 19 años, obtuvo su primera medalla de oro en los 400 metros estilo libre con un tiempo de 3:56.46 y un nuevo récord del mundo.
La también campeona olímpica de los 800 metros libres en Londres 2012, impuso su categoría en los 800 metros estilo libres con récord olímpico y mundial con un registro de 8:04.79. La admiradora de Michael Phelps, el deportista más galardonado de los Juegos, confesó que su fe en Dios y su disciplina le permitieron alcanzar estos logros.
Con el aporte de Ledecky y de otros de sus compatriotas como Ryan Murphy y Simone Manuel, Estados Unidos tenía 12 récords inscritos en el país brasileño, hasta ayer (ocho olímpicos y cuatro mundiales).
Gran Bretaña, en cambio, acumuló siete nuevas marcas en Olímpicos y tres mundiales.
Pero, asimismo, existen apariciones deslumbrantes como la del sudafricano Wayde van Niekerk, quien estableció una marca de 43,03 segundos y ‘masacró’ el tiempo de 43,18 que estableció Michael Johnson en 1999.
Ese fue el calificativo con el propio Johnson expresó tras ver la competencia del atleta. “¡Oh, dios mío! Del carril 8 al récord del mundo”, dijo asombrado el que fuera medallista de oro en los 400 metros en los juegos de Atlanta 1996 y Sídney 2000.