Si bien los avances tecnológicos han posibilitado que en la actualidad se fabriquen vehículos más seguros y fiables en más de un siglo de industria automovilística, aún no existe el auto perfecto.
Los constantes llamados a revisión que hacen varios fabricantes a determinados modelos recientes son una muestra de que no existe un auto 100% seguro.
Y si eso no se puede lograr en el siglo XXI, imagine cómo era la situación hace varias décadas.
La historia recuerda a varios modelos que, en lugar de proteger a los ocupantes, incluso podían atentar contra su integridad en determinadas circunstancias. Estos son los casos más representativos, sin un orden específico.
Ford Pinto
Se introdujo en el mercado de EE.UU. en 1971 para competir con los compactos extranjeros que inundaban el mecado debido a la crisis del petróleo. No obstante, el tanque de gasolina derás del eje trasero lo hacía susceptible de explotar en caso de choque. Además, la carrocería podía deformarse y trabar las puertas, dejando atrapados a los ocupantes.
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Briggs & Stratton Flyer
Producido entre 1915 y 1925, se hizo famoso por ser el automóvil más bajato (entre USD 125 Y 150). Lógicamente, también era el más inseguro, pues no tenía carrocería, suspensión, parabrisas ni ningún elemento de protección a los pasajeros. Era una especie de butaca con ruedas, impulsada por algo parecido a un motor fuera de borda en la parte posterior. Incluso para su época, este auto resultaba extremadamente rudimentario.
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Chevrolet Corvair
Con el motor atrás y refrigerado por aire en lugar de agua, este auto prometía revolucionar el mercado estadounidense. Pero pronto se ganó la fama de inseguro por varios factores entre los que se cuentan su tendencia a virarse, filtraciones de los gases del escape a la cabina y una columna de dirección que, en caso colisión frontal, podía incrustarse en el cuerpo del conductor.
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Yugo GV
Fabricado desde inicios de los años ochenta en la ex Yuguslavia (de ahí su nombre), sobre la base del Fiat 127, ostentaba un precio muy bajo que los hacía atractivo a los usuarios de Europa del Este, pero que guardaba una relación directa con la deficiente calidad de sus acabados y de sus componentes mecánicos. Desde 1985 se exportó a diferentes países, incluído EE.UU., donde la cuestionable seguridad que ofrecía sucumbió ante la implacable prensa especializada, que lo atacó duramente.
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Relaint Robin
Este curioso vehículo inglés pretendió ser una alternativa a la movilidad, pues debido a sus tres ruedas (una sola delantera) era considerado más una moto que un auto. Pero esa extraña configuración hacía que el vehículo solo ofreciera una estabilidad aceptable al circular en línea recta, pues en las curvas tendía a virarse o hasta volcalse incluso a velocidades moderadas.
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Bricklin SV-1
La idea del emprendedor estadounidense Malcolm Bricklin de fabricar su propio bólido deportivo se materializó en 1974, con el financiamiento del Gobierno de Canadá. El vehículo, dotado de elementos innovadores como puertas de apertura tipo alas de gaviota y faros retractiles, presentaba el probelma de que la carrocería fabricada era una mezcla de fibra de vidrio y acrílico no resistía el calor proveniente del motor Ford V8 de 5,9 litros y tendía a incendiarse
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Fuentes: diariomotor.com, autobild.es