La novena edición de la Copa de Cabezales se desarrolló con éxito el pasado fin de semana en el Autódromo de Yahuarcocha. Después de una ronda eliminatoria desarrollada el sábado, 44 participantes llegaron a la instancia decisiva del domingo, en la que se elegiría al Rey de las Carreteras 2014.
La jornada se inició un poco después de las 09:00 con las pruebas de habilidad. Uno a uno, los 44 competidores recibían la señal de partida y debían realizar un eslalon entre conos de seguridad dispuestos a ambos lados de la pista, para después efectuar una maniobra de parqueo frontal en la que debían topar un poste, sin tumbarlo.
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A continuación, debían ensayar una maniobra de parqueo en reversa entre barriles de seguridad y también debían topar el poste sin tumbarlo para que la prueba fuera dada como válida.
Los comisarios de pista se encargaban de verificar las tareas y de levantar banderas verdes o rojas si estas se cumplían de manera correcta o incorrecta.
El parqueo en reversa fue el talón de Aquiles de muchos participantes. No por la dificultad de la maniobra en sí, sino por la sutileza que se requería para golpear el poste. Hubo quienes lo botaron al piso y quienes no llegaron a tocarlo. En ambos casos, la prueba no se superaba.
Esto implicaba una penalización en el tiempo total, ya que todas las pruebas eran cronometradas. Además de cumplir las pruebas, había que hacerlo en el menor tiempo.
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La segunda competencia de la jornada levantó los ánimos del público que continuaba llegando a las tribunas del autódromo. Se trataba de los ‘piques’ de cuarto de milla (400 metros) en parejas, que puso a prueba el poderío mecánico y las prestaciones de los pesados automotores.
En la recta principal del circuito, los vehículos llegaron a desarrollar velocidades superiores a los 120 km/h, lo cual sumado al estruendoso sonido de sus bocinas creaba un ambiente de algarabía entre los miles de espectadores.
Los autores de los 16 mejores registros pasaron a la instancia siguiente. La modalidad de competencia de ‘muerte súbita’ optimizó los tiempos de desarrollo de la competencia, pues el sistema de cronometraje permitía definir ágilmente a quienes se mantenían en la competencia para dar paso a las siguientes etapas.
Los 16 clasificados volvieron a cumplir las pruebas de habilidad como al inicio, pero esta vez en dos fases, lo cual creaba una complicación adicional en la competencia del parqueo en reversa, que ahora se debía hacer dos veces.
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Ocho participantes se clasificaron a la ronda siguiente, que consistió en una vuelta de velocidad al circuito completo en dos grupos de tres y uno de dos. Las largadas se daban con un minuto de diferencia entre concursantes y al final se revisaban los tiempos por vuelta.
Édgar Sarmiento, Orlando Ibarra, Guillermo Chamorro y Oswaldo Figueroa fueron los cuatro semifinalistas. Ellos debían dar dos vueltas de velocidad al circuito en parejas definidas en función de los mejores tiempos de la fase anterior (el primero con el segundo y el tercero con el cuarto).
Por los resultados obtenidos en esta instancia, Sarmiento e Ibarra llegaron a la gran final, en la que debían volver a cumplir las pruebas de habilidad y medirse en otras dos vueltas de velocidad a la pista.
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El destacado desempeño de Sarmiento durante toda la competencia le hizo merecedor del primer premio y del título del Rey de las Carreteras por segundo año consecutivo, ya que también se impuso en el 2013.
Ibarra se quedó con el segundo lugar, mientras que Figueroa completó el podio de los ganadores.