El consumo de aceite de motor es uno de los temas mecánicos que más controversia genera entre los usuarios de vehículos, tanto nuevos como de segunda mano.
Muchas de las personas que acostumbran revisar periódicamente el nivel de aceite del motor suelen preocuparse cuando aparece por debajo del indicador de máximo en la varilla medidora.
La intranquilidad es mayor cuando, a medida que el recorrido del vehículo se incrementa respecto del último cambio de aceite, el nivel continúa descendiendo.
Por inexperiencia o por falta de escrúpulos, un técnico podría apresurarse a diagnosticar un daño grave en el motor y a recomendar al propietario la pronta realización de una reparación parcial o total, sin que haya la necesidad de hacerla.
La realidad puede ser muy diferente. Para empezar, es necesario saber que todos los motores de combustión interna consumen aceite en mayor o menor medida, incluso los de los autos nuevos o con poco kilometraje.
En el proceso de lubricación de las piezas internas de un motor, parte del aceite ingresa a la cámara de combustión, donde se quema al entrar en contacto con la explosión que genera la bujía ante la mezcla de aire y gasolina.
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En consecuencia, el nivel del lubricante va descendiendo periódicamente en la varilla medidora. No obstante, este consumo debe estar contenido dentro de ciertos parámetros para considerarse normal.
Prácticamente todos los fabricantes de vehículos contemplan un nivel máximo tolerable de consumo, según el cual se puede determinar si el motor se encuentra en buenas condiciones.
Por lo general, este nivel es de hasta un cuarto de galón o un litro (ambos son casi lo mismo) por cada 1 000 kilómetros recorridos. Sin embargo, esta medida es más usual en motores de cuatro cilindros, pues en motores más grandes entra una mayor cantidad de aceite y viceversa.
Los manuales del propietario de muchos vehículos incluyen esta información, por lo cual es conveniente revisar los parámetros de consumo adecuados para cada modelo específico.
Ahora bien, usted se preguntará cómo se puede saber la cantidad exacta o al menos aproximada de aceite que consume su vehículo. A diferencia de lo que muchas personas creen, la varilla medidora solo mide un cuarto de todo el aceite depositado en el cárter y no todo el que este contiene.
Así, si el aceite en la varilla aparece en la línea de mínimo en un motor que requiere solo un galón, quiere decir que aún hay tres cuartos de aceite para lubricar el motor.
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Ese último cuarto que mide la varilla es considerado de seguridad. En el caso anterior, la medición de ninguna manera indica que el motor está seco, sino que hace falta aumentar un litro de aceite para que el nivel llegue al máximo. También es señal de que el motor aún se encuentra en buenas condiciones.
Cada vez que el nivel del lubricante desciende al mínimo, los fabricantes recomiendan hacer una reposición para garantizar el funcionamiento óptimo del motor.
Solo si el consumo excede los niveles antes descritos cabe pensar en que hay un problema mayor. Lo primero es revisar posibles fugas, que suelen ser relativamente fáciles de reparar. Un motor húmedo o manchas de aceite en el piso son señales inequívocas de un empaque o un retenedor en mal estado.
Si hubiera fugas o no, lo siguiente es acudir a un taller especializado en busca de un diagnóstico acertado y confiable.