El Porsche Boxster es ahora más atractivo que nunca. La flamante generación de este descapotable biplaza, recientemente presentada en Europa y que al Ecuador llegará a partir de junio, supera ampliamente a su antecesor del 2009.
La intención de sus creadores no fue otra que potenciar sus cualidades físicas y mecánicas, con el fin de poner a disposición de los usuarios un deportivo que lleve el placer de conducción a un nivel superior.
Los datos son contundentes: el motor bóxer de 2,7 litros del modelo base tiene 187 cm³ menos que el modelo anterior, desarrolla 10 caballos más (265 HP) y consume hasta un 15% menos combustible. Además, la carrocería compuesta por aluminio (47%) y acero es 35 kilos más liviana pero incrementa hasta en un 40% la rigidez torsional.
El comportamiento dinámico del auto también mejoró al lograr un reparto de pesos de 46/54% entre los ejes delantero y trasero, estirar 6 cm la distancia entre ejes, bajar 1 cm el centro de gravedad, aumentar 4 cm al ancho de vías y colocar ruedas de 20 pulgadas. Gracias a ello, el nuevo Boxster es mucho más estable y similar al 911, como lo reclamaban sus usuarios.
Toda esta información nos fue proporcionada por el equipo de ingenieros que desarrolló el vehículo, durante el evento de presentación a la prensa que Porsche organizó hace algunas semanas en la localidad francesa de Saint Tropez.
El evento también contemplaba un ‘test drive’ en el que los periodistas asistentes podríamos comprobar en la práctica las bondades anunciadas por el equipo técnico.
Organizados en parejas, se nos asignó un vehículo con el que debíamos cubrir un trayecto de más de 300 kilómetros en la zona de la Costa Azul de Francia, incluidos varios tramos estrechos y sinuosos utilizados para la disputa del tradicional Rally de Montecarlo.
Siguiendo las instrucciones del navegador incorporado en la consola central, recorrimos autopistas al borde del mar Mediterráneo, calles urbanas y vías secundarias que unían pequeñas poblaciones.
El diseño de la ruta nos permitió poner a prueba su ágil aceleración (0 a 100 km/h en 5,8 segundos), ayudada por las relaciones cortas de la caja de cambios manual de seis velocidades.
En los tramos serpenteantes la dirección con asistencia electromecánica se mostró muy precisa. La seguridad corrió por cuenta de los discos de frenos más grandes, heredados del 911 Carrera, y de las múltiples ayudas electrónicas.