En el contexto de un sector automotor restringido, en el que los precios de los vehículos nuevos se han incrementado considerablemente en los últimos dos años, muchos compradores han volteado su atención hacia los autos de segunda mano por ser un segmento más asequible.
Esta circunstancia ha aportado dinamismo a ese mercado, pues para quienes no pueden costear un cero kilómetros el usado es la alternativa lógica. Por ello, hoy en día la oferta es más amplia y abarca una gran cantidad de canales formales y seguros para la compraventa de vehículos de medio uso, además de los mecanismos tradicionales de negociación.
Prueba de ello es que los mismos concesionarios oficiales de las marcas han encontrado en esta actividad un negocio interesante, el cual se basa en la recepción de vehículos usados a sus clientes como parte de pago de los cero kilómetros, para su posterior comercialización.
Comprar un auto usado en un patio o en un concesionario siempre será un poco más caro que hacerlo en una feria o directamente al propietario, pero estos establecimientos suelen ofrecer garantía de origen, documentación en regla y hasta financiamiento, lo cual es beneficioso para el comprador.