A todas las personas nos gustan los precios rebajados. Pagar 10 o 15 por algo que normalmente cuesta 20 resulta muy atractivo. Las ofertas, promociones, descuentos, etc., suelen llamar poderosamente nuestra atención, al punto de que, en ocasiones, hasta compramos lo que no necesitamos solo para no dejar pasar la oportunidad.
También sucede con los autos usados. En ocasiones se puede encontrar a la venta un vehículo con un valor inferior al del promedio (a veces considerablemente menor), lo cual despierta mucho el interés de quienes andan en busca de un modelo de esas características. No obstante, una mala decisión en esa materia puede resultar muy costosa.
En días pasados, la Policía Nacional desarticuló a una banda delincuencial dedicada al contrabando de vehículos de alta gama. Estos provenían de Colombia y Perú, y gracias a la gestión de unos contactos en la Agencia Metropolitana de Tránsito, obtenían documentación local para ser comercializados. El gancho comercial era el bajo precio derivado de su dudoso origen. 48 unidades fueron incautadas, pero probablemente otras fueron vendidas previamente.
Por ello, vale la pena desconfiar de lo barato, sobre todo cuando la oferta carece de formalidad.