Los jugadores de Brasil ganaron la medalla de oro en Río 2016. Foto: EFE
La costumbre de los entrenadores brasileños, era que sus equipos lleguen a Quito la noche antes del partido contra Ecuador, para evitar los efectos fisiológicos que causa la altura, en personas no adaptadas a ese entorno.
Para el juego de este jueves 1 de septiembre, el cuerpo técnico de Tite rompió ese esquema. Los cariocas llegaron la noche de ayer (28 de agosto) a Quito y tienen planificado entrenar durante la semana en el estadio Casa Blanca.
Según el preparador físico de la selección brasileña, Fabio Mahseredjian, resulta contraproducente pasar tanto tiempo en Quito, porque los estragos de la altura –mareos, hiperventilación y nauseas- podrían presentarse a la hora del encuentro.
A pesar de eso, el mismo Mahseredjian mencionó para la página web de ESPN Brasil, que la razón para hospedarse en Quito es para que los jugadores se adapten a la velocidad que toma el balón cuando se juega en la altura.
“Cuando más se sube, menor es la densidad del aire”, explicó el profesional brasileño. Ellos quieren aprovechar la técnica de sus jugadores en los remates de media distancia y en las jugadas de balón detenido.
En primera instancia la planificación decía que se quedarían en Guayaquil y viajarían a la Capital el día del encuentro, para evitar complicaciones físicas. Sin embargo, la Confederación Brasileña aclaró que solo se quedarían en la ciudad sede del encuentro.
Los cariocas, que recientemente se colgaron la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, ocupan la sexta casilla en las eliminatorias sudamericanas. Tienen nueve puntos, producto de dos victorias, tres empates y una derrota.