La afición ecuatoriana esperó por horas al mejor jugador del mundo. Ver por unos instantes a Lionel Messi era la ilusión de unos pocos aficionados que se concentraron ayer en el aeropuerto de Tababela para mirar de cerca al astro mundial.
Poco importaba el duelo con Argentina, incluso la misma Selección nacional. Entre los fanáticos solo se coreaba el nombre del jugador del FC Barcelona.
Cerca del mediodía, en las afueras de la estación de vuelo, un grupo de hinchas esperaba al jugador con el cántico repetitivo “Messi, Messi”.
Tampoco faltó ese hincha, quien pese a ser ecuatoriano, sigue de cerca al fútbol argentino. Belén Borja fue una de las estas entusiastas. Ella tenía puesta una camiseta de Argentina y una bandera de ese país en la cintura.
Otros como Martín Alderete, un argentino residente en Quito, quien consideraba a la altura como uno de los inconvenientespara sus compatriotas.
Para recibir a la albiceleste, la Policía Nacional desplegó un operativo para escoltar al plantel hasta el estadio Olímpico Atahualpa. Este se inició a la 13:10 cuando el equipo salió en dos buses por la puerta de protocolo a un costado del aeropuerto.
No hubo tiempo para autógrafos, ni camisetas firmadas. Los dos buses que se llevaron a los jugadores salieron con rapidez y quienes esperaban no tuvieron más opción que conformarse con tomar fotos dispersas de los vidrios polarizados del vehículo.
A diferencia de otras ocasiones, las vías estuvieron poco congestionadas y los gendarmes no tuvieron mayor inconveniente en que las personas les cedieran el paso. El recorrido fue tranquilo y no hubo una sola canción de la Tri que espantara a los argentinos en el largo trayecto desde la estación hasta el ‘Coloso del Batán’.