La construcción tipo hacienda fue edificada con madera de eucalipto, piedra de río y ladrillo. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Rodeada de un impresionante paisaje, La Montaña Restaurante y Hospedaje es un espacio para el descanso. Las construcciones tipo hacienda de color celeste resaltan a la vista y le convierten en un sitio espacial para el relax y para disfrutar de la vista de la ciudad.
Las instalaciones tipo rústico se levantan a 2 kilómetros del centro del cantón Patate, en Tungurahua. Desde este sitio se puede mirar a los volcanes Tungurahua, Carihuairazo, el Chimborazo y toda la cordillera oriental.
Desde lo alto, en cambio, se aprecia los huertos de durazno, mandarina y aguacate, y los bosques de eucalipto y pino. En las construcciones de una y dos plantas se percibe la perfecta combinación de los materiales andinos como la madera que resalta en las pilastras y tumbados. La piedra de río de colores verde y negro también da un toque atractivo.
En las habitaciones predomina la madera, material de la zona seleccionado por su dureza. Es de eucalipto.
Es más, en cada uno de los espacios sobresalen los grandes ventanales que dan claridad a los ambientes. Este espacio, edificado hace cuatro años, inició con la idea de contar con una casa de campo familiar, pero al tener a la mano un impresionante mirador hizo que sus propietarios cambiaran de idea.
Estos espacios se transformaron en un restaurante y las cuatro cabañas en sitio de hospedaje decorado con objetos antiguos como piedras de moler, lámparas y otros adornos que dan un toque rústico y atractivo para los visitantes.
Las vigas gruesas de eucalipto de los tumbados están a la vista. Se levanta en un terreno de 10 hectáreas, rodeado de pequeños jardines, senderos y de una plantación de pinos.
Javier Erazo, propietario de La Montaña, explica que la idea del proyecto no fue convertirlo en un lugar turístico, sino en una casa familiar. Cuando compraron el terreno carecía de acceso y servicios básicos, pero lo que atrajo a este matrimonio fue la impresionante vista de la ciudad Patate y de la cordillera de Los Andes. El plan comenzó con la siembra de pinos, los desbanques y desalojos de tierra.
La construcción se caracteriza por sus zócalos de piedra para evitar la humedad en las paredes y pisos. Es visitada por turista locales y foráneos.
Buscaron agua potable y energía eléctrica e inició la edificación de la casa de campo con la construcción de un muro de piedra que recolectaron en el río. “Pensaban que estábamos locos por construir en un lugar sin acceso y carente de agua potable, pero ahora es uno de los lugares más visitados por los turistas, especialmente extranjeros”, dice Erazo.
Para la edificación buscaron eucalipto de la zona, pero, aplicando los conocimientos ancestrales, cortaron la madera el 24 de cada mes para evitar el ingreso de la polilla.
Luego, levantaron el restaurante de 200 m² y una segunda planta donde está la habitación de la familia Erazo Vasco.
Su esposa Anita Vasco, que laboró en la administración de varias hosterías y hoteles de la ciudad y de la provincia, comenzó a trabajar en el posicionamiento del lugar.
Las cabañas tienen zócalos de piedra de color verde que impiden el paso de la humedad a las paredes y pisos. Estas fueron trasladadas en una volqueta desde el río Cariaco, localizado en el sector El Triunfo de Patate.
La vista al exterior desde varios puntos de la hostería es otro punto a favor de este sitio.
En cada una de las habitaciones se aplicaron estas técnicas donde se combinan materiales de la zona como las piedras de río, madera de eucalipto. Cada una de las paredes tiene contravientos que ayudan a resistir los movimientos sísmicos.
Cuentan con los servicios de agua potable, duchas calientes, hidromasaje, sistemas de iluminación y un tragaluz que se encuentra en el centro de las habitaciones de las cabañas. Está cubierto con un vidrio templado que aporta con iluminación natural a cada uno de los espacios. Esta misma técnica se aplica en el restaurante La Montaña.
Los pasamanos y las columnas de la construcción son de eucalipto y están decorados con pedazos de troncos. En el interior de la hostería se mantiene el ambiente cálido en horas de frío y fresco cuando hay calor. “Es térmica porque mantiene el calor de hogar en las condiciones climáticas más fuertes”, comenta Erazo.