La Bienal de Arquitectura de Venecia cierra con récord de visitantes

Entre los miles de arquitectos, urbanistas, diseñadores y turistas que visitaron la Bienal, el 45% eran estudiantes jóvenes, de menos de 26 años de edad. Foto: captura

Entre los miles de arquitectos, urbanistas, diseñadores y turistas que visitaron la Bienal, el 45% eran estudiantes jóvenes, de menos de 26 años de edad. Foto: captura

Entre los miles de arquitectos, urbanistas, diseñadores y turistas que visitaron la Bienal, el 45% eran estudiantes jóvenes, de menos de 26 años de edad. Foto: captura

La 15ª edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, a cargo del chileno Alejandro Aravena, el primer sudamericano que dirige el prestigioso evento, se clausuró el domingo 27 de noviembre con un récord de 260 000 visitantes durante los seis meses de la muestra.

“Recibimos 260 000 visitantes (precisamente 259 725) a los que se suman 14 180 de los días de la inauguración, lo que representa un incremento del 16% con respecto a la edición del 2014”, explicó este lunes en una nota la entidad veneciana.

Bajo el título “Reportando desde el frente”, Aravena, ganador del premio Pritzker, ofreció una serie de ejemplos positivos de lo que él mismo llamó “ganar la batalla” para mejorar las condiciones de vida de las personas, sobre todo las necesitadas y excluidas.

Entre los miles de arquitectos, urbanistas, diseñadores y turistas que visitaron tanto los pabellones nacionales como la exposición central, el 45% eran estudiantes jóvenes, de menos de 26 años de edad, precisó en el comunicado la bienal.

Buena parte de esos jóvenes eran estudiantes, provenientes de 140 universidades, 80 de ellas extranjeras, con las que la organización veneciana acordó una visita a la bienal como parte de su formación.

“La etiquetaron como 'la bienal de los pobres', o la 'bienal social'. En realidad no queríamos ser políticamente correctos, sino recalcar que el papel de la arquitectura es el de identificar justas peticiones y darles respuestas concretas. Espero que esta edición haya dado instrumentos nuevos para mejorar la calidad de vida de las personas”, reconoció Aravena.

Foto: captura

El certamen mundial, inaugurado en mayo, quiso enviar un mensaje político al llamar a los arquitectos de todo el mundo a encarar las prioridades: la gente sin techo, los emigrantes, los campesinos, los excluidos y cumplir una suerte de revolución creativa al servicio de los demás.

Un abanico de inmensos desafíos, desde la desigualdad hasta la sostenibilidad, pasando por los desastres naturales, la dificultad de alojamiento, el tráfico, la gestión de residuos, fueron abordados en forma distinta y hasta sorprendente por arquitectos anónimos de todo el mundo.

Un colectivo de arquitectos españoles fue galardonado con el León de Oro al mejor pabellón al exponer 55 obras que han sabido afrontar la crisis económica y de la misma arquitectura, renunciando inclusive a grandes beneficios económicos y sirviendo a la sociedad.

Además de la exposición, una serie de encuentros, conferencias y charlas con arquitectos, expertos y economistas fueron organizadas en Venecia, las cuales serán accesibles junto con la exposición gracias a la plataforma de Google Arts and Culture.

“Esta edición pasará a la historia. Ha creado la ocasión para reflexionar sobre las posibilidades que tiene hoy la sociedad civil de organizar mejor su propio desarrollo, tanto en el centro como en las periferias del mundo”, recalcó por su parte el presidente de la Bienal de Venecia, Paolo Baratta.

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