Al ser yo una adolescente de 15 años creo tener más tentación por publicar cualquier situación que suceda en mi vida sin pensar que otras personas podrían llegar a verlas.
En la actualidad existen varias redes sociales, donde puedes publicar desde cómo despiertas hasta qué comes y en dónde. Toda esta información la reciben personas las cuales conoces, pero a la vez no sabes quién más la puede estar obteniendo o, peor aún, qué podrían llegar a hacer con ella.
La privacidad, como se menciona en la entrevista realizada a Nessa Terán y publicada en este medio el 17 de enero del presente año, es lo único que tenemos para nosotros mismos y sin ella qué nos queda. Como antes mencioné, al ser una adolescente debería preocuparme más por mi integridad personal que por estar dando a conocer que pasa en mi vida.
Si nosotros los jóvenes no cuidamos nuestra vida privada ahora, no tendríamos derecho en un futuro a reclamar a los demás por saber todo acerca de nuestra “vida privada”.