Una vez más, hemos sido víctimas de la improvisación y desidia por parte del Municipio de Quito, con su Alcalde y su mayoría edilicia, quienes han sido incapaces de tomar medidas para brindar una solución al tránsito sobre el puente del río Chiche, el cual se ha tornado en un cuello de botella ante la apresurada inauguración del nuevo Aeropuerto Mariscal Sucre. Debe ser difícil anteponer sus intereses electorales a los de la comunidad, pero ya es hora de que se tome “el toro por los cuernos”, aun cuando esta sola mención le cause molestia a un Alcalde que no supo mantener una tradición de esta ciudad. Se debe prohibir el tránsito de manera permanente para todo vehículo pesado por la avenida Interoceánica, hasta que las prometidas obras se encuentren listas, y no debe existir excepción alguna. Basta de seguir abusando de la bondad de los quiteños, quienes no debemos pagar por decisiones equivocadas, a pretexto de “somos ciudad grande”.