A raíz de las denuncias de corrupción en contra de Glas, Moreno decidió tomar distancias de su vicepresidente. Esto ha provocado angustia y enorme ansiedad en sus antiguos camaradas que replican y le acusan de traidor. No entienden como pudo salirse de la ruta trazada por Rafael. Pero la física cuántica es así, impredecible. Una vez desbordadas las pasiones todo es posible, de allí que el pánico cunda en Jorge, Ricardo, las sumisas y en el mismísimo Rafael. ¡Hoy es Jorge, mañana puede ser cualquiera de nosotros!, parecería que musitan desconcertados. Hay uno en Bruselas que presa del insomnio no pega los ojos ni se separa del twitter. Ya anuncia angustiado que va a reinstalar las sabatinas y lo sorprendente es que lo hará con dinero de su propio bolsillo, ya no con el nuestro. Celebramos el cambio de rumbo de Moreno, pero nos gustaría preguntarle: ¿si estaba consciente de los atropellos de Correa por qué guardó silencio tanto tiempo? ¿Por qué no forma parte de las medidas de austeridad solicitar el levantamiento de las onerosas medidas de protección para Correa? Si tiene miedo, entonces que reciba protección en el país, a menos que regresar sea ahora su mayor temor.