Sé que debe sentirse muy feliz de tener dos aviones a su disposición para viajar, tener autos de lujo para transportarse, tener decenas de guardaespaldas que se encargan de su seguridad y ganar miles de dólares al mes, pero de ahí a celebrar los nueve años.
¿Nueve años de qué? Porque a la pobreza no le vencimos, al desempleo tampoco, ni siquiera al nepotismo.
Además, le recuerdo que hay miles de ecuatorianos que no han podido cobrar sus sueldos hace meses porque trabajan para empresas contratistas del Estado que están impagas. Decenas de miles de familias que no pudieron tener una Navidad decente porque sus padres perdieron sus empleos.
Para colmo vivimos en uno de los países más caros del continente por la cantidad de impuestos que pagamos.
La economía está semiparalizada porque usted se encargó de espantar la inversión privada con sus leyes de Herencia y Plusvalía. Una deuda externa que cada vez le hunde más al país.
¡Celebrar! ¿Celebrar qué? Me parece que un poco más de seriedad de su parte en estos momentos duros que vive la patria sería más apropiado y no estar en celebraciones y festejos que no le sirven de nada al país.
Y sobre su discurso en el que manifestó que usted ha enfrentado una ‘contrarrevolución’ durante todo su Gobierno. ¿Cuál contrarrevolución?
Lo único que le pedía la gente era que se comportara como un Presidente de una República civilizada. Que escuchara la voluntad popular y que respetara la democracia y las libertades. ¡Es tan difícil entender eso!