Es fascinante evidenciar el sentimiento de unidad que se crea entre todos los ecuatorianos, cuando juega la Selección. Todos se encuentran apasionados, emocionados y con el corazón en la mano el día que va a jugar. Sin embargo, me encantaría que existiese otro elemento de unidad, pero lamentablemente el regionalismo que se creó desde el nacimiento de nuestro país, sigue latente hasta ahora. ¿Cómo puede ser posible que exista tanta envidia y resentimiento entre dos regiones Sierra–Costa, principalmente entre Guayaquil y Quito, las dos ciudades más importantes? ¡No debemos tener tanto amor o apego a una determinada región, sino a todo el país! ¡Alegrarnos cuando la educación, la salud y la calidad de vida mejoran en todo el Ecuador! Un factor muy influyente para el progreso es la unidad, la solidaridad entre sus ciudadanos logra un desarrollo más eficiente, fuerte y rápido. No nos dejemos llevar por regionalismos ni “ismos” que sólo sirven para dividir y recordemos lo que nos dijo el señor garante de Brasil en la firma del protocolo de Río de Janeiro “Vayan a ser país”.