Se supone que un Código de la Democracia es para cuando se vive en democracia, desgraciadamente esto se ha esfumado. Ahora impera la viveza. Le eligieron para 4 años pero se dio modos para quedarse; como la viveza es contagiosa los que levantan la mano en la Asamblea en complicidad con el “jefe” cambiaron el Código para reelegirse con facilidad y en mayor número.
Los revolucionarios son también una especie de pitonisas, de antemano ya saben quienes van a ser los fiscales, los jueces, los del Consejo Electoral, el Contralor, el Defensor de Pueblo, etc.; ellos defienden estos nombramientos y afirman que ha primado la meritocracia, los méritos les pertenecen, son los dueños junto con la mamá, el hermano, el hijo, el amigo y los incondicionales; lo peor es que mucha gente les cree.
Estamos dominados por los sapos, no me refiero a esos animalitos que saltan sino a aquellos vivísimos. Han transformado la democracia en una sapocracia.