Tuve el privilegio de conocer a la Dra. María Angélica Carrillo, como alumna del Colegio de América en el período 1962 – 1974. Esta experiencia me motiva a expresar mi testimonio y dar fe de la visión y filosofía educativa de la Dra. Carrillo.
La presencia de esta ilustre educadora como dueña y rectora del colegio, de la Sra. Marcia Brito, como inspectora general, y de un selectísimo equipo de profesores y administrativos minuciosamente escogidos por la Dra. Carrillo, fueron los pilares que construyeron el alto prestigio académico y humanístico del colegio.
Mi experiencia de vida junto a la Dra. Carrillo, a diferencia de testimonios de alumnas que no la conocieron, me concede la autoridad para afirmar y demostrar que su propuesta educativa no podía terminar con su muerte sino que debía perennizarse. Ella sabía a quién confiaba la delicada misión de continuar con su obra y treinta años de solitaria lucha de la Sra. Marcia Brito lo confirman.
La juventud quiteña debe estar tranquila, el legado de la ilustre educadora no se quedará trunco, por el contrario, retomará su espíritu original. Los treinta años de lucha serán recompensados en beneficio de la educación de calidad para la juventud del país. El admirable esfuerzo de la Sra. Marcia Brito merece el reconocimiento de todos! La justicia ecuatoriana ha triunfado .