Dos maneras de expresarse. Basta que acontezca alguna situación a la que hemos puesto atención para que reaccionemos espontáneamente con algo de convencimiento o de manera muy notoria. Como todo es posible en los tiempos en que vivimos estas dos maneras de emitir opinión sin hablar pueden sufrir limitaciones aun a sabiendas de que son impulsos naturales muchas veces incontenibles. Mientras no suceda podemos reír y echar tantas carcajadas como queramos con respecto a muchos acontecimientos jocosos con que somos afectados y los que afectan a otras personas. No poder expresar nada o muy poco y de distinta manera es peligroso para la sociedad ¡Qué pena para la patria!