Respondo a la misiva enviada por el Secretario de Comunicación del Gobierno en relación a un artículo de mi autoría titulado “¿Dónde está la plata?”:
Jamás actúo de mala fe porque soy profundamente democrático y respetuoso. Mala fe son las rondas sabatinas donde, sin derecho a la réplica, se alienta a los asistentes a la burla contra ciudadanos que piensan distinto al Gobierno. Tampoco emito criterios sin fundamento. La caída de la deuda pública en relación al PIB es un proceso permanente y sistemático desde el año 2000 al 2009, año en el cual el porcentaje fue del 16%. El supuesto alivio de la recompra no duró nada, pues esa operación se la hizo con más deuda, pues el 2010 repuntó el endeudamiento al 19% del PIB para seguir un constante crecimiento hasta superar el 33% del PIB si se incorporan las ventas anticipadas de petróleo a China y la operación swap de oro con Goldman Sachs. Es decir, desde el 2009 al 2014 la deuda pública se ha duplicado no solo en monto sino en porcentajes del PIB. Son cifras del Gobierno, no mías. Por lo tanto, la recompra no significó un alivio, pues se acompañó de un inmediato endeudamiento agresivo y generó impactos desfavorables en varios campos como el de atraer inversión extranjera, donde se registran cifras casi marginales. Primero dijeron que no iban a pagar, con ello bajó el precio de la deuda y luego recompraron, le invito a preguntar qué piensan en el mercado internacional de esa forma de recomprar a ver si es o no vergonzosa. Si fue tan genial la recompra, ¿por qué el país sigue con el segundo riesgo más alto de la región?
Por otra parte, por supuesto que son importantes las obras de infraestructura, no estoy en desacuerdo con ello, pero estas se pueden hacer con plata de privados vía concesiones y no con recursos estatales y, lo más importante, lo gastado en esas obras representa 1/3 del total del gasto mientras que 2/3 es gasto corriente y subsidios, egresos que no generan ni crecimiento ni desarrollo económico. Si están tan preparados con esas obras para las crisis, ¿por qué tanta desesperación en buscar más deuda externa? Por lo tanto, no es allí donde usted dice que está el dinero.