La Iglesia de Riobamba siente por Adolfo Pérez Esquivel y por su obra un profundo y agradecido respeto. Nada ha sido destrozado. Muy al contrario, por iniciativa de Monseñor Julio Parrilla, profundamente comprometido con la regeneración del patrimonio y la conservación de la memoria histórica, se está dialogando acerca de la regeneración y ubicación del Mural.
La alternativa a la Catedral sería la Casa Hogar de Santa Cruz, casa de Monseñor Proaño y espacio de encuentro y de formación de todos los agentes de pastoral, servidores indígenas, presbíteros, seminaristas,… En cualquier caso, oídos los consejos, grupos eclesiales y sociales, nada se esconderá a la vista y a la reflexión del Pueblo de Dios. Al contrario, la regeneración tanto de la Catedral cuanto de Santa Cruz (la réplica de la humilde habitación de Proaño, la conservación de su biblioteca y objetos personales), es la garantía de que la memoria y el testimonio puedan seguir teniendo su vigencia. Muchas cosas han cambiado en Riobamba en los últimos cincuenta años y muchos son los problemas y necesidades que tenemos, muchos son los murales vivos de tanta gente empobrecida que sigue necesitada de dignidad. Las inspiraciones de Monseñor Proaño siguen iluminando nuestro trabajo con los jóvenes y con los pobres. Con ellos camina esta Iglesia Viva que, a pesar de las dificultades, trata de ser fiel a su Señor.