¿Quién y qué eres cuando solo tu belleza vale? ¿Cómo te sientes cuando tu sonrisa fingida, tu postura y paso poco natural son esenciales para recibir un aplauso? ¿Cómo es comprendida la elección y coronación de la reina por los jóvenes?
Todas estas preguntas retóricas apuntan a la necesidad de reflexionar sobre las numerosas elecciones de las reinas, las cuales son obras teatrales que confirman los papeles sociales tradicionales, y aun por encima, con las autoridades y los notables aplaudiendo en la primera fila. Estas manifestaciones no educen, al contrario fomentan el machismo porque reducen a las mujeres a la apreciación física.