Todos los millones de seres humanos, que ocupamos un lugar en el planeta Tierra, tenemos que sentirnos culpables con los últimos sucesos. En particular con la gota que ha derramado el vaso: los refugiados sirios.
Hay que aplicar alrededor del mundo, una especie de reforma agraria.
Muchos países, sobre todo europeos, tienen una población infantil reducida, más bien nula. Podrían adoptar familias y que con sus niños cambien esta situación = ganancia para todos. No podemos, no debemos quedarnos de brazos cruzados. No cerrar fronteras, ser generosos, ayudar a los que en el momento actual la están pasando mal. En todo el planeta, apliquemos la política de puertas abiertas. No olvidar que todos los humanos somos hermanos.