El Sr. Miguel Rivadeneira en su artículo de 25 de febrero, mediante afirmaciones e interrogantes, aparentemente trata de hacer entender que con el ascenso de tres coroneles se estaría “manoseando” la institución militar; se refiriere además a: principios; honor; Consejo de Generales como cuerpo colegiado; a palanqueos; entre otras situaciones. No sé si esté bien enterado de la situación legal y fáctica, pues lo más lógico para un tema delicado es argumentar tanto desde un enfoque constitucional y legal, como desde los fundamentos acogidos por las otras instancias que habrían conocido el caso. Si se cree que la salida del Comandante General habría sido por estas causas, debió acudir a dicha ex autoridad a fin de que informe directamente, pues de lo que conozco, más bien agradeció al Régimen por el apoyo brindado. También se debe tener en consideración que los cuerpos colegiados en varios temas han hecho uso de la arbitrariedad y subjetividad, perdón, la “discrecionalidad”; y de allí, recordemos que la sentencia al Estado ecuatoriano por parte la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Mejía Hidrovo vs. el Ecuador, se derivó del accionar del Consejo de Generales años atrás. El tomar decisiones justas y hacer respetar la norma constitucional y legal, por autoridad competente como son los gobiernos de turno al ser las “máximas autoridades” de la Fuerzas Armadas, no es mancillar ningún uniforme.