He pasado una mañana tranquila, escuchando música en la radio, sin interrupciones y el resto del día será igual. Qué alivio, se terminaron las propagandas políticas alienantes que en lugar de afianzar el mensaje en el ciudadano elector, genera fastidio. Y con este nuevo abrumador sistema propagandístico del oficialismo, que ha metido cuñas hasta en la sopa diaria de los ecuatorianos. Pero, qué alivio, porque se terminó la campaña y he tenido la sensación de haber estado en un bullicio infernal y de pronto el silencio, la paz. Qué inequitativo el despliegue impresionante de la lista 35, comparado con las humildes pancartas de otro candidatos. ¿Por qué? Si la ley es igual para todos. ¿Señalará el Consejo Electoral los excesos y aplicará la ley o la vista gorda? Lo más rescatable de la campaña: la participación de casi todos los candidatos, a todas las dignidades que se eligen, en Radio Visión, que la escucho todas las mañanas en mi largo trayecto al trabajo en Pifo, tal vez es lo único que extrañaré. Algunas, muy buenas presentaciones con nuevas ideas de candidatos, que lastimosamente no tienen ni de lejos posibilidad de ganar, porque todo ese aparataje propagandístico verde claro amarillento no les permitió sacar ni siquiera la cabeza para ver el temporal. Estas buenas ideas que se debería coleccionar en un documento, bien podría realizar la radio y enviar a los nuevos administradores del Cabildo quiteño, que tal vez serán los mismos.