Lo hacen con éxito los magos de la publicidad. ¿Cómo se puede informar al público sobre las bondades de un producto inexistente? La respuesta está en la manipulación de las palabras e imágenes. Deben ser convincentes y para ello deben repetirse una y otra vez hasta que el objetivo que es el público llegue a creerlo. Penetra en el subconsciente de tal manera que se vuelve necesidad. El producto se presenta con cualidades excepcionales e inalcanzables para otros.
El público debe buscarlo con desesperación. Creada la necesidad entonces los magos buscan el producto lo más parecido a su creación y si lo encuentran ¡Eureka!
La estrategia se fortalece hallando maliciosamente que se garantice que no haya posibilidades para que un producto de la misma naturaleza pueda competir.
Estamos a las puertas de una elección y pedimos poder escoger a personas visibles con sus propios atributos intelectuales y emocionales y no a aquellos adornados por la publicidad mentirosa e interesada. Queremos escuchar planteamientos para mejorar el país y no ver figuras creadas con cualidades inexistentes.