Según una de las acepciones del DRAE, cultura es: ‘Conjunto de modos de vida y costumbres’. Los acontecimientos que han trascendido públicamente, a través de los medios, respecto de la agresividad de los conductores públicos y privados, me llevan una vez más a la conclusión que el problema indudablemente es cultural.
Obviamente, la mayor responsabilidad radica en las autoridades competentes, quienes no actúan conforme a derecho y no ejercen la vigilancia necesaria, para evitar muertes infructuosas. No es que en los países desarrollados, el comportamiento de las personas es más responsable, sino que las autoridades efectúan verdaderos controles y las sanciones son ejemplares y por lo tanto todos las evitan, cumpliendo con la ley.
Es normal ver en nuestro medio, que nadie respete las señales de tránsito y menos a los ancianos, mujeres, niños, deportistas, etc., porque creen que al estar frente de un volante son los dueños de las calles y como nuestra Policía procede tibiamente, se dan los abusos que conocemos.
‘Estableced el orden: el hábito se encargará de mantenerlo’ (Duque de Levis).