Es la frase que debe estar recorriendo las mentes de millones de compatriotas al constatar y enfrentar el actual estado económico del Ecuador y que, según los analistas, se viene peor de cara a la Navidad y Fin de Año.
Los nuevos ricos quizás sean los mejor parados para hacer frente al problema y nosentirán en sus bolsillos el peso de la crisis.
La mayoría esperamos medidas que, escuchamos se han propuesto, pero si de parte de las máximas autoridades no se envía ese mensaje de confianza y no se realizan cambios de fondo, no nos hagamos ilusiones de que los inversionistas foráneos van a venir a invertir ahora en nuestro país.
Si usted, amigo lector, es un empresario que quiere poner una fábrica en la cual requiere 30, 50, 80 empleados, al leer las exigencias que el Ministerio de Relaciones Laborales (Trabajo) le pide para contratar gente, usted ya inmediatamente lo piensa dos veces y se va a Perú o a Colombia.
Pienso que es momento de que el Presidente deje de lado su doctrina de izquierda y enfrente el grave problema pragmáticamente, aunque esto le represente un costo político.
Ya con nueve años en el poder, lo único que le queda al presidente Correa es pasar a la historia dejándonos un país en mejores condiciones, no solo cuando había plata, si no ahora que no hay, que es realmente cuando se valoran las decisiones de quien nos gobierna.