Me ha causado indignación lo anunciado por Ramiro González, director del IESS, que ha decidido utilizar el sistema “pico y cédula” a fin de superar la nula atención telefónica que se provee a quienes claman por una cita médica.
El sistema consistirá en dar horarios de llamada a los afiliados de acuerdo al último número de la cédula. Parece una burla a la colectividad. No se trata de un trámite burocrático. ¡Se trata de la salud de miles y miles de afiliados! No podemos esperar la hora pico-cédula para una emergencia o para citas de alguna especialidad difícil. Esto será un problema para el afiliado enfermo.
Lo lastimoso es que se vea al señor González, tratando de arreglar la ineficacia de una empresa contratada por él, cuando debería exigir que dé el servicio comprometido o se vaya para su casa.