En el año 2010 adquirí una propiedad, cantón Quito; en el 2011 concurrí a cancelar los impuestos municipales con incrementos y recargos, pero en el 2012 so pretexto de la revolución tecnológica del Municipio, transfiriendo la potestad de recaudaciones a través del sistema bancario, sin explicación alguna, mi propiedad ha retornado a nombre del ex dueño, lo que me impide disponer del mismo sin antes tener que soportar el mal trato de servidores municipales del Distrito Norte, turnos para todo y más de 60 días de papeleos en el que se incluyen varios certificados, inspección del inmueble y revisión del expediente por decenas de ‘servidores’ para llegar a una misma conclusión y de esa manera justificar el incremento acelerado de burócratas, muchos de los cuales atienden reclamos a las 13:30 pero tomando turno desde las 06:00, para resolver un problema que no es nuestro. Al Alcalde y demás servidores públicos les recuerdo que la ‘mejor Constitución del mundo’ en su Art. 53, nos da la posibilidad que el Estado responda por la negligencia y descuido de los servicios públicos.