Las diferentes comunidades religiosas del país, deberían estar exentas de impuestos a la propiedad que las municipalidades han sobrevalorado últimamente , como también financiarles la instalación del sistema solar para abaratar los gastos por iluminación exterior de sus templos, por cuanto la función social y apoyo espiritual que dan a la gente, lo amerita, ya que los gastos en mantenimiento de sus grandes edificaciones deben ser altas, para que las ciudades y poblaciones luzcan siempre bien, por cuanto son la imagen principal de las plazas y parques más importantes de las mismas. Adicionalmente han sido durante casi 500 años y seguirán siendo guardianes gratuitos de nuestro patrimonio artístico y cultural que nos eleva el orgullo de ser ecuatorianos.
Con todo esto tendremos los templos y conventos bien mantenidos y restaurados, sus fachadas monumentalmente iluminadas, para que Quito siga siendo, como Patrimonio Cultural de la Humanidad, una de las capitales más bellas de América y el Ecuador un país que atraiga cada vez más al turismo y al inmigrante europeo y norteamericano que ha escogido al país como su nueva casa.