Sí, leyó correctamente, la pastilla del día anterior debe estar llena de amor, educación, tanto en el hogar como en el centro educativo. Enseñar autoestima, respeto a su cuerpo y al de los demás. Enseñar que el cuerpo no se hizo solo para satisfacción sexual, sino que hay que entregarlo con cariño, ternura, porque no hay repuesto para el alma. Estar consientes que concebir a un nuevo ser es una responsabilidad mayor. Sé que esto es difícil, pues esta pastilla hay que darla en pequeñas dosis, desde el embarazo, otra dosis en la niñez con mucho cariño, otra y muy importante, en la adolescencia, así el ser humano cosechará esta medicina del alma llevando una vida correcta. Posiblemente con errores, pero la fuente que le brindó su familia y la sociedad le servirá para corregir su camino. Debería ser política de Estado la enseñanza del amor, la moral, la ética, el respeto mutuo. Pero claro, es más fácil entregar libremente la pastilla del día después.