Señor Presidente, el 24 de febrero de 2013, yo escribí una carta a la dirección “Visa para un sueño”. En esta carta mencioné la proclamación de la oposición de que usted no cumpliría su palabra, cuando declaró que finalizaría su mandato en 2017; yo elegí creerle a usted. Yo no sé quién lo asesora, o si de verdad usted tiene asesores, eso se vio durante la última campaña y elecciones. ¿Usted les paga para que le digan sí o para que le digan la verdad? Su proyecto ya ha pasado el punto de no-retorno, nadie puede borrar lo que ha hecho. Usted ha conseguido muchas cosas para y por el Ecuador, pero no ha tenido la clarividencia de un gran líder. La palabra es lo más poderoso que poseemos, hoy su mensaje ha sido que no le podemos creer. Ante su mirada y la de sus asesores, nuestro país se polariza más, en vez de cada día estar más consolidado.