Aprovecho nuevamente de este espacio que concede este Diario a sus lectores. En diciembre, envié a una amiga librera un sobre con un librillo. Nunca lo recibió, pese a la ayuda de D. Diego de la Cadena que se apersonó para solucionar este entuerto, y de paso pidiendo disculpas ¿Cómo es posible que se pierda un sobre dentro de la misma ciudad? ¿Por qué demora más de 10 o 15 días el recibir el destinatario? Para reponer esta pérdida he vuelto a remitir a la misma amiga otro sobre y han pasado 15 días y tampoco le llega. Ni que decir de la comunicación que nos envían del exterior que demora más de un mes y medio, cuando antes no tardaba más que 12 días. Dicen que en este país todo se ha “revolucionado”, pero el Correo sigue siendo de la época de las postas. El precio de envíos fuera y dentro del país se volvió oneroso. Y para mayor seguridad se obliga a certificar para rastrear el recibí conforme de la correspondencia. Por lo menos compensen con un servicio eficiente y pulcro. Se cree que todos usamos correos electrónicos. Todavía hay gente que sabemos escribir y enviar cartas.