Durante la campaña y luego como nuevo presidente, Lenín Moreno habló de diálogo con todos los sectores para lograr superar la crisis actual que atraviesa el país. Diálogo significa conversar o platicar entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos, las ideas quedan cortas sin ejecución o enmienda, lo importante es que el nuevo gobierno considere los puntos válidos de la oposición en los que el anterior gobierno no tuvo éxito, entre ellos se cuentan; la falta de productividad, cómo disminuir el aumento de la delincuencia, erradicar la corrupción a través de controles más estrictos, crear mayor cantidad de escuelas en zonas rurales y periferias de mayor concentración de pobreza, hospitales cuya atención no sea diferida, tener suficiente cantidad de medicinas y equipos para combatir aquellas enfermedades que hoy no alcanzan a ser atendidas, entre otros y que sumados a un enorme endeudamiento, compromete precisamente lo antes indicado.
Si el nuevo mandatario quiere inyectar optimismo, es decir, ver y juzgar las cosas en su mejor aspecto favorable, debe incluir en su gobierno la ayuda directa de los diferentes expertos y conocedores de los campos en los que el anterior gobierno con su equipo, no pudo salir adelante. Optimista es una derivación de la palabra óptimo, o sea contar con los ecuatorianos más condicionados para sacar adelante al país.
Lograr lo mejor para un pueblo, solo se consigue cuando democráticamente cada individuo, empresa o comunidad logra éxitos en lo mejor que sabe hacer. Siendo la función del Gobierno alimentar indiscriminadamente esa productividad con incentivos tributarios.