Puedo ver la retrocesión de ciertos espectadores de un partido de fútbol con dos hechos reales sucedidos en un lapso de casi 60 años; y que los pude vivir ambos y tener la posibilidad de compararlos. El 24 de Julio de 1959 se inauguró el Estadio Modelo, después de un mes de la cruenta revuelta en la ciudad de Guayaquil; en la que se produjeron incidentes que costaron la vida de decenas de ciudadanos que protestaban contra el gobierno del Dr. Camilo Ponce Enríquez, presidente del Ecuador.
A la apertura del estadio, lleno con 45 mil personas, asistió el Dr. Ponce para el evento inicial. Nos encontrábamos en la tribuna, al pie del palco presidencial. Cuando se supo que ya estaba en el estadio el Dr. Ponce Enríquez, empezaron los aficionados a silbarlo; silbatina que fue la “mas grande del hemisferio” para un mandatario en aquella época. La reacción del presidente fue la de un hombre de bien, que a pesar del repudio total expresado por el pueblo guayaquileño; estoico, aguantó de pie y con los brazos cruzados la supuesta humillación. No utilizó a nadie para acallar la multitud. Terminó el partido y regresó a su casa. Y lo mejor de la jornada, nadie fue detenido.
Hace unos días, y solo por el temor de escuchar la palabra “fuera” en el Estadio Atahualpa el día que la selección nacional jugaba; 2 mil aficionados extranjeros en su mayoría, equipados con armamento de contaminación auditiva, ensordecieron y humillaron a 40 mil personas despiadadamente durante todo el partido. Nadie dijo nada.
Es muy cierto que el pasado no volverá, antes se silbaba libremente para repudiar, hoy hay que tener cuidado hasta de peinarse porque puede ser considerada una mala señal, y la cárcel nos vamos todos.