Antonio Acosta, Roberto Gómez, Fidel Durán, Angelo Caputi, Juan Manuel Borrero, Leonardo Burneo, Francisco Naranjo, Alejandro Ribadeneira, Julio José Prado.
En contestación a su carta abierta del 21 de marzo de 2017, debo señalar lo siguiente:
1) En la presente campaña electoral yo he sido objeto de innumerables calumnias y una vinculación absurda y perversa con el Feriado Bancario de 1999, pues quien más que ustedes para conocer que a esa época, yo no ejercía ninguna función pública y que, el cargo de Ministro de Estado al que aluden, lo asumí meses después, el 14 de octubre de 1999 y recién el siguiente año, en abril del 2000, me posesioné como Superintendente de Bancos. Es en este contexto que un comentario inicial mío, no una declaración, a una periodista de Teleamazonas fue deliberadamente alterado por ésta y distorsionado para influir en la campaña, al igual que otras declaraciones, incluyendo la que ustedes hacen referencia, han sido recogidas de manera parcial o han sido mal interpretadas.
2) Con respecto al segundo punto de su carta coincido en que, efectivamente, hubieron auditorias internacionales para determinar qué bancos eran viables. Es más, en el mismo marco de las declaraciones que ustedes señalan, yo he dicho que los bancos bien manejados y solventes superaron la crisis; no así los bancos insolventes como lo era Filanbanco. Pero hoy ustedes tampoco señalan cuáles eran los bancos insolventes ni sus representantes.
3) Respecto de mi afirmación de que “ningún banco tenía para devolver la totalidad de los depósitos a todos sus depositantes” me ratifico, pues ni siquiera en operaciones normales ningún banco tiene para devolver todos los depósitos a todos sus depositantes al mismo tiempo, no se diga en una situación de pánico bancario como la que se vivía entonces. Por ello, todos necesitaban el congelamiento de depósitos (Feriado Bancario) porque en la situación de pánico bancario aun los que recibían depósitos y eran solventes, a continuación también iban a sufrir los retiros; y eso es lo que se pedía precaver al Gobierno de entonces.
4) Celebro que respeten el derecho a la opinión de todos y coincido plenamente en “que no atribuyan infundadamente responsabilidades a quienes han cumplido sus deberes para los depositantes” pero yo agrego que ese principio también debería ser aplicable a los funcionarios, a los ex funcionarios y a mí, particularmente, no solo a banqueros como ustedes.
Por lo anterior, rechazo asimismo, respetuosa pero enérgicamente la campaña fraguada en mi contra, principalmente por el ex banquero prófugo, Roberto Isaías y por otros participantes en la parte sucia de la contienda política actual.
Para concluir, si ustedes demuestran que en los balances cortados al 11 de marzo de 1999, que alguno de los bancos que representan, tenía todo el dinero para devolverlo a todos los depositantes al mismo tiempo, no tendré problema alguno en hacer la rectificación específica.