Como era previsible, todo el alboroto, homenajes, entrevistas, sesudas opiniones y otras no tanto, respecto de la actuación y futuro de nuestros atletas, ha concluido, habrá que esperar otros cuatro años para que aparezcan los expertos, analistas y otras hierbas a criticar lo hecho y a reclamar medallas a los únicos que trabajarán todo ese tiempo, con sacrificio por su patria. Me quiero referir específicamente a la trayectoria y futuro de nuestra atleta representante en pesas, Alexandra Escobar, quien en alguna entrevista que leí, mencionaba su incertidumbre respecto de continuar su carrera como atleta, ahora que existen mejores condiciones para impulsarla o retirarse de la actividad y empezar a recuperar con su familia todo ese tiempo que entregó con enorme voluntad y capacidad al Ecuador. Una de las razones para mantenerse en actividad, decía Alexandra, es la falta de una deportista de relevo en esa categoría, que defienda ese bien ganado espacio que a escala mundial tiene el país. Esa preocupación que debería nacer de las instancias dirigenciales de la halterofilia, enaltecen aún más a esta prestigiosa deportista, a quien rindo mi homenaje, pero ¿valdrá un nuevo sacrificio de cuatro años para luego recibir unos tibios aplausos de los exigentes ecuatorianos que sueñan con medallas, para lo cual nada hacen?