Mujica, un líder mundial

José Mujica, presidente de Uruguay, es definitivamente un líder de América y del mundo entero, digno de ser imitado por todos los mandatarios de cualquier tendencia política que sean, por sus conocimientos, su capacidad, su transparencia, su honestidad, su solidaridad y ¡sobre todo por su tremenda humildad! Su desprendimiento de lo material es admirable. Renunció al 87% de su sueldo desde sus inicios y dona el 70% del mismo para obras sociales; se caracteriza por defender a los desposeídos de su país, de América y de todo el mundo.

Como a él mismo le gusta definirse: “Un campesino con sentido común”. Nunca ha tratado siquiera de enorgullecerse por el poder que detenta en su país; al contrario, sigue siendo el hombre humilde, chabacano, sencillo, que llegó al poder para servir a sus congéneres y que prefirió seguir viviendo en su humilde covacha, cuidando en sus tiempos libres su chacra, sus animalitos y sus plantas, en lugar de habitar las opulentas habitaciones del palacio de gobierno.Hoy día vemos cómo un jeque árabe, fiel admirador de la figura del ‘Pepe’ le ofreció USD 1 millón por su ‘escarabajo’, un viejo Volkswagen de 1987, cantidad que lo invertiría en la pasión de toda su vida, el Plan Juntos de ayuda solidaria a los más desposeídos de Uruguay, para lo cual, una vez que deje el poder, en marzo del 2015, montaría junto a su casa de campo, una escuela de oficios agrícolas para jóvenes de escasos recursos. Que la vida de José Mujica sirva de ejemplo para ciertos mandatarios que toman el poder para encumbrarse sobre los demás, que se endiosan creyendo que la razón de ellos es única y que debe prevalecer sobre la de los demás, no aceptando el diálogo, peor aún que se opongan a sus actividades.

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